Vicenza es de esas ciudades italianas de teórica segunda fila que embaucan al más exigente de los visitantes. Este destino de la Llanura Padana no arrastra la fama de Venecia, Roma o Florencia, pero su encanto engancha una vez que comienzas a pisar su casco antiguo repleto de palacios y construcciones que llevan la firma de Andrea Palladio, un genial arquitecto universal que enriqueció con su ingenio a la ‘hermana’ más próxima de Venecia, la ciudad de los canales.
El hecho de que Vicenza haya sido una ciudad muy industrial y comercial en los últimos tiempos, sobre todo en la actividad textil, ha repercutido en que no esté habitualmente llena de turistas, lo que permite admirar con sosiego algunas mansiones históricas, auténticas joyas de la arquitectura manierista en esta región veneta del norte de Italia. De este modo se puede disfrutar fácilmente de un destino con un aspecto marcadamente renacentista, surgido a partir de la segunda mitad del siglo XVI en sus calles, plazas y palacios.