El promotor Maximino Moro encarga a comienzos de los años cuarenta la construcción de un teatro a dos arquitectos: José Luis Durán de Cottes y Rafael López Izquierdo. Cuando la obra se encuentra avanzada se incorpora Manuel Ambrós Escanellas que se encarga de la Fachada y de la decoración de interiores del teatro. La construcción se raliza sobre un solar de poco más de mil trescientos metros cuadrados, comenzando en 1943. La inauguración del teatro el 31 de marzo de 1945 dio lugar a un nuevo teatro en la zona centro de Madrid.2 La obra fue «Aquella noche azul» de Alfonso Paso hijo. Esta inauguración fue muy esperada en la ciudad, pero su inauguración fue tomada con cierta polémica en los medios de comunicación. Alguno de los periódicos destaca el trazado del edificio, la decoración elegante de sus interiores y la labor como sala teatral.3 Los arquitectos iniciales del proyecto emitieron quejas acerca de los diseños reutilizados por Ambrós.2Un objeto de polémica era el conjunto escultórico de la fachada, elaborado por el escultor Ángel Ferrant. Este conjunto escultórico se encastraba en nichos específicos diseñados por Ambrós.
En los sótanos del edificio se instaló una sala de fiestas que se denominó primero Fantasía, pasando luego a denominarse Folies y finalmente Xairo.4 El edificio y las funciones teatrales gozaron de un periodo de esplendor en la década de 1970. El Teatro fue alquilado por la Comunidad de Madrid en 1985 y en temporadas sucesivas albergó tanto festivales promovidos por las administraciones públicas como espectáculos teatrales privados.
A finales del siglo XX disfrutó del nivel de protección 1 en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Pero en las revisiones del Plan posteriores no se logró alcanzar un nivel 2, lo que supuso finalmente que el Teatro fuera un local de actuaciones.5 Una sentencia sentencia de 3 de junio de 2003 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid permite a los propietarios del local convertir el edificio en un Centro Comercial.6
El año 2006 el Teatro es adquirido por una empresa inmobiliaria ya que la Comunidad de Madrid había renunciado a su compra. Se anuncia el cierre definitivo del local. En diciembre de 2008, tras un montaje de La vida es sueño, el Teatro es clausurado.
Se crea una plataforma ciudadana denominada Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz que intenta mediante manifestaciones públicas e impulsando la declaración de Bien de Interés Cultural impedir la desaparición del local teatral y la preservación del hecho cultural que allí tuvo lugar.1
Esa plataforma, con el aval de más de 6000 firmas de ciudadanos e intelectuales, solicitó formalmente a la Comunidad de Madrid que el teatro fuera declarado Bien de Interés Cultural. La Comunidad de Madrid ni siquiera accedió a abrir el expediente para su tramitación lo que motivó que los promotores de la plataforma promovieran un recurso de alzada que también fue rechazado por la Comunidad de Madrid. Frente a ello, Eva Aladro Vico (portavoz) y Beltrán Gambier (abogado de la plataforma), promovieron un recurso contencioso administrativo que fue resuelto favorablemente por el Superior Tribunal de Justicia de Madrid con fecha 15 de junio de 2011. Esta sentencia supone que el teatro está de momento preservado y que debe tramitarse la declaración de Bien de Interés Cultural originalmente pedida por la plataforma.
La sentencia ha quedado firme porque el Tribunal Supremo ha desestimado, con fecha 4 de diciembre de 2012, un recurso de casación interpuesto por la empresa Moro SA, propietaria del teatro, interpuesto contra ella.
En su día la Comunidad de Madrid decidió acatar la sentencia pero pospuso su ejecución hasta el momento en que la misma quedar firme. En cumplimiento de esa sentencia, la Comunidad de Madrid ha incoado el expediente administrativo para tramitar la declaración de Bien de Interés Cultural.