TEATRO EMPERADOR (León)

El teatro Emperador, diseñado en 1949 por el arquitecto madrileño Manuel de Cárdenas en colaboración con Gonzalo de Cárdenas y Francisco J. Sanz e inaugurado en 1951 es un importante y emblemático teatro de la capital leonesa situado en el ensanche de la ciudad.
Su historia reciente ha sido motivo de una animada polémica en la sociedad leonesa, que temía por el futuro del edificio y que desencadenó la compra a su propietaria, la Empresa Leonesa de Espectáculos, por parte del ayuntamiento de la ciudad. Éste se desprendió de él en beneficio del Ministerio de Cultura en el año 2008, que lo adquirió para implantar en el emblemático teatro el Centro Nacional de Artes Escénicas y de las Músicas Históricas. Pese a que estaba previsto que la severa restauración prevista para tal fin se finalizara en el año 2011, en octubre de ese año se falló el concurso convocado por el Ministerio de Fomento para su rehabilitación, a favor del estudio Gaforidis, S.L.P.

El proyecto
El teatro Emperador fue encargado por la Empresa Leonesa de Espectáculos S.A. que por aquel entonces monopolizaba toda la exhibición cinematográfica y por ende la representación teatral de la ciudad a los arquitectos Manuel de Cárdenas, Gonzalo de Cárdenas y Francisco J. Sanz Martínez. El primer proyecto, presentado en diciembre del 1946 por Manuel y Gonzalo de Cárdenas, contemplaba tan solo la ocupación de la mitad de la parcela y planteaba una función exclusivamente cinematográfica, con una capacidad para 1.378 personas, 882 en el patio de butacas y 492 en el anfiteatro, que accedían a sus localidades de forma segregada, llevando al límite la estratificación por clases imperante en la época.

En 1947, se desecha el antiguo proyecto y se presenta la solicitud de «vaciado y sostenimiento de tierras» de todo el solar que ocupa el Emperador, presentando un único plano sobre los cimientos que afecta ya a todo el solar. De este modo, y poco después, se presenta un nuevo proyecto, que incluía varios cambios notorios respecto al anterior de 1946. El nuevo proyecto presentaba una sala de función polivalente, ya que contempla tanto la representación teatral como la exposición cinematográfica, con una capacidad prácticamente igual a la inicial, de 1.367 plazas, distribuidas no obstante de diferente forma al proyecto inicial, con 670 en el patio de butacas, 264 en el entresuelo, 383 en el anfiteatro y 50 en diez palcos.

El proceso termina en diciembre de 1949, cuando se presenta un cuarto y definitivo proyecto, al que se suma la firma del arquitecto local Francisco J. Sanz para la ampliación de dos pisos en el torreón del chaflán, dando así satisfacción al ayuntamiento, que exigía un diseño que procurase un mayor empaque y altura que hermosease la plaza en la confluencia de Santa Nonia e Independencia. El edificio finaliza su construcción el 22 de septiembre de 1951, dos años después.

Historia reciente
Tras permanecer en un funcionamiento ininterrumpido desde su inauguración en 1951, ante la imposibilidad de continuar abierto, tuvo que ser cerrado en el año 2006. La situación causó gran conmoción en la sociedad de la ciudad, que reclamó al ayuntamiento la compra del inmueble, algo que finalmente tuvo lugar en mayo del 2007, 186 días después del cierre, tras el abono por parte del municipio de 4,4 millones de euros a la empresa propietaria; Empresa Leonesa de Espectáculos. Los planes para el inmueble por parte del ayuntamiento leonés entonces fueron recuperar su función teatral y que de su rehabilitación se encargasen la caja de ahorros leonesa, Caja España y la Junta de Castilla y León. Para celebrar la compra por parte del municipio, el edificio fue sede de varios eventos teatrales durante las fiestas patronales de la ciudad.

Sin embargo, con el cambio de color político en el ayuntamiento tras las elecciones de marzo del 2007, cambiaron los planes sobre el uso del teatro. Así, el Ministerio de Cultura compró el inmueble por 4,7 millones de euros al Ayuntamiento y anunció la creación del Centro Nacional de Artes Escénicas y de las Músicas Históricas. Según el Ministerio, el teatro sería reinaugurado en el 2011, tras una inversión de 5,5 millones de euros, que incidirá en la restauración completa del edificio para que retome el aspecto planteado en el proyecto de Manuel de Cárdenas y variará ligeramente el interior del edificio, reduciendo el aforo de las 1.367 actuales a cerca de 1.200, para cumplir con la normativa europea vigente, algo que no obstante, permitirá al teatro seguir recibiendo todo tipo de manifestaciones musicales, escénicas y coreográficas de formato mediano.

Edificio
Distribución interior
En la planta del edificio contrasta la forma en herradura de la sala, insertada en el centro, con el perímetro poligonal del conjunto del edificio, de forma trapezoidal. Este contraste se resuelve ocupando el espacio libre con usos terciarios o residenciales, tales como oficinas o viviendas.

Por su carácter polivalente, la organización de la sala viene condicionada por el casi imposible compromiso entre las exigencias propias del teatro, que aconsejan una disposición focal de la platea frente al paralelismo de las butacas con la pantalla, consustancial a la proyección de cine. En esta disyuntiva, los arquitectos se decantan por la función dramática adoptando la forma de herradura típicamente teatral, aunque intentan corregir las desventajas para el espectáculo cinematográfico con el alineamiento de las filas de butacas en el entresuelo y el anfiteatro. Paradójicamente, el escenario es minúsculo, de tan solo 13 metros de ancho y 10 de fondo, con una reducida altura libre; un escenario en suma, insuficiente para cualquier tipo de representación.

El interior de la sala conserva prácticamente intacto su estado original y representa todo un compendio del ornamento que finge una nobleza material ficticia a base de la decoración de escayola, los tonos calientes, los elementos dorados, los cortinajes y las alfombras.

Fachada
La imagen externa, perfectamente simétrica, busca enmascarar la diversidad interna. Los huecos que corresponden al teatro adoptan formas domésticas que funcionalmente pueden resultar inapropiadas, en favor de una asimilación de los vanos que sirven a los usos residenciales o terciarios. A partir de este criterio, el estilo arquitectónico empleado es el mayoritario en la época, el neohistoricismo imperial, caracterizado por ser simétrico, severo, bien proporcionado y moderadamente ornamentado en puntos singulares.

La fachada se fragmenta en las tres bandas clásicas. El zócalo, de una planta, se asocia íntegramente al uso cinematográfico y teatral. En los tres lados principales se remata con sendas marquesinas para resguardo del público congregado en la calle. La franja central se compone en vertical, disponiendo los huecos en varias series de columnas, una para cada zona identificable de los alzados. Las cajas de escalera se iluminan con un hueco rasgado, velado por una celosía moldeada in situ, que acentúa la verticalidad, a la vez que da un contrapunto ritmado a la uniforme generalidad. En el cuerpo bajo, la cornisa se forma con el faldón amansardado de la cubierta, acabado en pizarra, según la moda neoherreriana, y con buhardillas que establecen una referencia con la composición de huecos en el paramento inferior.

En la torre del chaflán la cornisa se desdobla en dos plantas enmarcadas por potentes líneas de molduraje y coronadas con un pináculo, del mismo sabor neoherreriano. La fachada trasera tiene muchas concomitancias con el teatro Trianón lo que induce a otorgar un mayor peso del reconocido a la aportación de Sanz al proyecto. Este frente se concibió con la errónea idea de que el solar colindante, de titularidad pública, fuese dedicado a zona ajardinada, algo que finalmente no fue así, ya que dicho solar fue ocupado por el Instituto Leonés de Cultura.

Uso del Teatro
Desde su inauguración en 1951 hasta su cierre al público el 31 de octubre del 2006, el teatro acogió los actos para los que fue diseñado, esto son exposiciones cinematográficas, representaciones teatrales y ópera entre otras manifestaciones artísticas. A partir de este último año, el teatro es cerrado al público y surge una fuerte oposición pública a que el teatro se mantenga cerrado, apoyada curiosamente por los promotores del cierre, con la colocación de carteles que indicaban el número de días que había estado cerrado el teatro. Esta presión social desembocó en la compra del teatro, poco antes de las elecciones del 2007, por parte del ayuntamiento de León, que planteó un uso estrictamente teatral gestionado por el ayuntamiento, Caja España y la Junta de Castilla y León.

Tras las elecciones, no obstante y tras salir del ayuntamiento los promotores de esta idea, se buscó una nueva línea de uso para el emblemático teatro de la capital leonesa. La nueva línea surgió del Ministerio de Cultura, que anunció la creación del Centro Nacional de Artes Escénicas y de las Músicas Históricas, un centro que se encargaría de preservar el repertorio musical español desde los inicios de la escritura musical hasta principios del siglo XIX. Su actividad afectaría también al legado hispánico vinculado a la cultura europea, americana y filipina. El centro además permitiría la celebración de actos de tamaño medio en el teatro que recuperasen la verdadera función del Emperador en la sociedad de la capital de León y se encontrará gestionado por un patronato en el que además del INAEM starán el ayuntamiento de León, la diputación de León y la junta de Castilla y León.

Desde 2009 y hasta el 2011, el edificio se encuentra inmerso en las obras de restauración destinadas a adecentar el teatro para su nuevo uso.